El parto es un momento de enorme exigencia física para la mujer, siendo imprescindible su colaboración para conseguir la máxima eficacia en el descenso y salida del bebé a través del canal del parto. Es por ello que una mujer físicamente activa estará en mejores condiciones para afrontarlo, pudiendo experimentar menos dolor durante el alumbramiento, lo que puede deberse a una mayor concentración de opiáceos en sus cuerpos (Artal, 1995). La realización de ejercicio terapéutico ayuda a una mejor recuperación posparto.
El estatuto de la Seguridad Social del año 1973 recoge que los ejercicios maternales pre y post-parto son competencia del fisioterapeuta
La práctica de ejercicio terapéutico en el embarazo previene la aparición de diferentes patologías como diabetes, preeclamsia, sobrepeso y la macrosomía fetal. Pudiendo prevenir también la aparición de pseudo-ciáticas, coccigodínias, dolores articulares, dolores costales.
A partir del segundo trimestre de gestación conviene realizar un programa más específico de preparación física al parto, potenciando el trabajo de movilidad pélvica basándose en la biomecánica pélvica y disociación lumbo – pélvica. Dando a conocer a las gestantes que la pelvis es una estructura móvil y su papel fundamental en el momento del parto y otorgando a la mujer gestante estrategias para que el movimiento pueda ser su aliado en el momento del parto.
El embarazo y el parto son factores de riesgo en cuanto a la aparición de patologías perineales como; prolapso, incontinencia urinaria y anal, diástasis abdominal, dispaurenia, vaginismo, dolor lumbo-pélvico. La práctica de ejercicio terapéutico puede prevenir la aparición de algunas de ellas o reducir su gravedad.
En el embarazo se acontecen cambios a nivel músculo-esqueléticos, físicos, cardiovasculares, metabólicos y respiratorios, que deben tenerse en cuenta a la hora de marcar el ejercicio terapéutico a realizar. Es por ello, que una correcta anamnesis y valoración resulta fundamental. Esto también se debe contemplar en el posparto, donde acontecen una serie de cambios anatómicos y funcionales que favorecen la recuperación del estado previo al embarazo, diferenciando dos fases el posparto inmediato que incluye las 6 primeras semanas y el tardío que comienza tras estas 6 semanas y concluye aproximadamente al completar el año desde el momento del parto. En esta fase resulta fundamental la realización de una anamnesis y valoración del tono abdominal, perineal y la postura. El fisioterapeuta para trabajar la unidad local y global del corsé estabilizador y de reeducación postural realizando un trabajo progresivo y adaptado a cada mujer.
El precio incluye docencia, apuntes del curso y diploma acreditativo.
Durante el curso se facilitará todo el material necesario para la correcta realización de las prácticas.