«Ejercitar los músculos de suelo pélvico y evitar el sobrepeso, el estreñimiento o los deportes de alto impacto son medidas eficaces para la prevención de la incontinencia urinaria o los prolapsos», señala.
La experta recomienda que se acuda a una unidad de suelo pélvico, sobre todo las mujeres en periodo de riesgo para el suelo pélvico, es decir, mujeres gestantes, en periodo postparto o en la menopausia, todas las mujeres que no se encuentren en estas situaciones pero que presenten problemas de pérdidas de orina, falta de control de gases o heces, sensación de pesadez, bulto o debilidad en la pelvis y/o dolor, dolor en relaciones sexuales o dolor pélvico frecuente al estar sentada o de pie.
Por otro lado, también es aconsejable para las mujeres que deban someterse a cirugías por histerectomía o cirugías por prolapsos graves deberían realizar un programa pre-postquirúrgico para reducir los riesgos de complicaciones postoperatorias y ayudar a prevenir a largo plazo. Por último, mujeres que han sufrido de un cáncer (cérvix, útero, recto o vejiga) también es posible que tengan afectadas las estructuras de suelo pélvico y sería recomendable realizar al menos una evaluación y medidas preventivas.
En cuanto a los hombres, «aunque la incidencia de problemas de suelo pélvico es mucho más reducida que en las mujeres», también pueden sufrir de pérdidas de orina tras cirugías de próstata o problemas de falta de control de heces tras cirugías de cáncer de recto y por supuesto, también pueden presentar dolor, dolor perineal asociado a la erección o a la eyaculación o dolor pélvico al estar sentado o mantenerse de pie mucho tiempo.
A la hora de evaluar el suelo pélvico se observa el estado de los músculos (integridad, flexibilidad, fuerza, resistencia y tono muscular), del tejido de sostén y la estabilidad de los órganos pélvicos. «A partir de la evaluación exhaustiva de suelo pélvico podremos determinar las técnicas de tratamiento fisioterápico más adecuado», afirma.
Dentro de las técnicas de fisioterapia, el entrenamiento de los músculos de suelo pélvico suele ser la técnica más utilizada en la mayoría de los pacientes, aunque no la única ya que depende siempre de la evaluación de cada caso. Entre otras técnicas utilizamos el biofeedback, la electroestimulación, la diatermia, técnicas miofasciales y más recientemente técnicas mínimamente invasivas como
es la electrolisis percutánea intratisular.
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Entrada escrita por: Dra. Carolina Walker