El dolor y las lesiones de espalda son las patologías más habituales que podemos encontrar los fisioterapeutas en consulta día a día. Las causas son muy diversas, aunque la mayoría de ellas están relacionadas con las afecciones del sistema musculoesquelético y obedecen al poco cuidado que damos a nuestra columna vertebral; base de soporte de todo nuestro cuerpo y base de palanca de la mayoría de los movimientos corporales.
Cuando caminamos, corremos, nos sentamos, saltamos, levantamos peso, etc. lo hacemos utilizando músculos movilizadores. Para que estos músculos puedan actuar, hay otros músculos que mantienen la posición de las articulaciones y en especial de la columna: los músculos estabilizadores. Estos se activan solos, sin que seamos conscientes de ello. Sin embargo, el sobreuso de los músculos movilizadores, en muchas ocasiones de forma desequilibrada y poco equitativa en detrimento de los que no usamos nunca (estabilizadores), hace que aumente la movilidad de nuestras articulaciones y disminuya la estabilidad. De este modo, los músculos estabilizadores se van debilitando y los huesos que forman las articulaciones comienzan a perder su congruencia articular, lo que genera la aparición primero de los dolores y contracturas musculares, y luego las alteraciones degenerativas de las estructuras.
Cuando estas alteraciones se producen en la columna vertebral, la patología se denomina de diferentes maneras según sea la estructura afectada: discopatías degenerativas (discos intervertebrales los afectados), espondilosis (cuerpos vertebrales), espondiloartrosis (carillas articulares), protrusiones discales (disco), hernias (disco), etc.
Todos los procesos mencionados anteriormente están relacionados con una pérdida de la estabilidad de la columna vertebral y con una gran debilidad y alteración de los músculos que la estabilizan. De hecho, se ha podido determinar que la secuencia en el origen de los procesos degenerativos de la columna es generalmente iniciada por la pérdida de la estabilidad de la columna debido a la falta de fuerza y tono de sus músculos estabilizadores.
Se ha comprobado que los ejercicios del método Pilates están orientados a fortalecer la musculatura estabilizadora de la columna. En casos de enfermedad degenerativa de columna (discopatías, artrosis vertebral, protrusiones y hernias), la actividad física mediante ejercicios específicos como los del Método Pilates es capaz de devolver la estabilidad, sobre todo a nivel de columna lumbopélvica, mediante ejercicios realizados de forma periódica y sistemática.
El método hace hincapié en el Powerhouse (para Joseph H. Pilates el CENTRO de todo el cuerpo), consiguiendo eliminar el dolor, mejorar su funcionalidad y deteniendo el progreso del proceso degenerativo, e incluso con retroceso de algunos signos como la reducción de la magnitud de las hernias y de las protusiones discales.
El Método Pilates ofrece al fisioterapeuta una plataforma de trabajo orientada a objetivos específicos de estabilización espinal, incorporando a nuestro repertorio nuevos patrones de postura y movimiento, más naturales y eficientes. La formación de Pilates Matwork para fisioterapeutas ofrece la posibilidad de aprender desde el origen y desarrollo del método hasta la aplicación clínica de la que se favorecerán nuestros tratamientos. Joseph Hubertus Pilates, creador del método decía: «Un par de movimientos bien diseñados, realizados de una manera adecuada y en una secuencia equilibrada, equivalen a horas de descuido o de contorsiones forzadas.”
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Entrada escrita por: D. Joaquín Magraner
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